Cogniland es la ciudad
de la Diversidad
y Tierra de Conocimiento
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La discapacidad intelectual genera, por norma general, dificultades de adaptación al medio, a menos que a las personas que la tienen se les otorgue el suficiente nivel de ayuda. No es una discapacidad única u homogénea, sino distinguida en diferentes tipos en función al grado de afectación funcional y nivel de coeficiente intelectual.
Entonces, teniendo en cuenta que existen diferentes niveles de gravedad, debe ser claro que se generan peculiaridades concretas en el funcionamiento de cada área. No obstante, las principales características de la discapacidad intelectual, con información de ACADIS (Asociación de Castellanos Discapacitados) son:
En el área cognitiva: presentan dificultades para desarrollar la función de conocer y el mundo. Se ven disminuidas la inteligencia y el aprendizaje. Y aunque el déficit cognitivo es notable desde los primeros años de vida, se hace intensifica en el comienzo de la escolarización.
Área psicomotora: los trastornos más frecuentes son inmadurez, dificultad al reconocer las partes del cuerpo, al aprender movimientos finos, en determinados gestos, realización de balanceos o movimientos coreoatetósicos. Los niños con deficiencias intelectuales no tienen un esquema corporal estructurado, que sería lo propio de su edad. Y esta carencia produce déficits en la percepción espacio-temporal, en la motricidad y en las relaciones sociales.
Lenguaje: se generan problemas en la articulación y pronunciación, trastornos en la voz y tartamudez. Normalmente, presentan un retraso en la adquisición del lenguaje, en la capacidad de comprensión y la capacidad de interrelacionar conceptos y combinar palabras o frases.
Área afectiva: son personas más vulnerables a determinados sentimientos como el dolor, placer, aburrimiento, diversión, alegría, envidia, celos, vergüenza, etc. Les cuesta mucho pensar sobre sus sentimientos, tienen baja tolerancia a la frustración y una gran impulsividad. Todo esto genera dificultades para adaptarse al ambiente y relacionarse normalmente con otros. Suelen sufrir ansiedad, baja autoestima, aislamiento del mundo.
Adaptación: la autonomía suele estar retrasada (control de esfínteres, alimentación, higiene personal y vestido). A veces, estas habilidades se retrasan más por hábitos inadecuados en su entorno, como la sobreprotección del niño o considerar que no sirve de nada intentar enseñarle.
Hay varios tipos diferentes de trastornos de la comunicación, que incluyen los siguientes:
Los trastornos de la comunicación pueden ser del desarrollo o adquiridos. La causa puede estar relacionada con problemas biológicos como anormalidades del desarrollo del cerebro o, posiblemente, por la exposición a toxinas durante el embarazo. Esto incluye como abuso de sustancias o toxinas ambientales como el plomo. En algunos casos, un factor genético es considerado como una causa contribuyente.
Por razones desconocidas, se diagnostican más chicos que chicas con trastornos de la comunicación. Los niños con trastornos de la comunicación también suelen tener otros trastornos psiquiátricos.
Los siguientes son los síntomas más comunes de los trastornos de la comunicación. Sin embargo, cada niño puede experimentar los síntomas de manera diferente.
Los niños pequeños con trastornos de la comunicación no hablan del todo, o pueden tener un vocabulario limitado para su edad. Algunos niños con trastornos de la comunicación tienen dificultades para comprender instrucciones simples o no pueden nombrar objetos. Sin embargo, la mayoría de niños con trastornos de la comunicación pueden hablar en el momento de entrar a la escuela. Pero continúan teniendo problemas con la comunicación.
Los niños en edad escolar con frecuencia tienen problemas para comprender y formular palabras. Los adolescentes tienen más dificultad para comprender o expresar ideas abstractas.
Los síntomas de los trastornos de la comunicación pueden parecerse a otras afecciones o problemas de salud. Consulte siempre al proveedor de atención médica de su hijo para recibir un diagnóstico.
La mayoría de niños con trastornos de la comunicación se refieren primero para evaluaciones del hable y el lenguaje cuando se advierten retrasos en la comunicación. Generalmente se consulta a un psiquiatra infantil, especialmente cuando están también presentes problemas emocionales o conductuales. Una evaluación completa también involucra pruebas psicométricas. Estos exámenes están diseñados para evaluar las capacidades de razonamiento lógico, las reacciones a situaciones diferentes, y el desempeño del pensamiento. Las pruebas psicológicas de capacidades cognitivas también son parte de la evaluación.
El tratamiento específico de los trastornos de la comunicación lo decidirá el proveedor de atención médica de su hijo, profesores de educación especial y profesionales del habla/lenguaje y salud mental con base en lo siguiente:
Un esfuerzo coordinado entre padres, profesores, y profesionales del habla/lenguaje y salud mental brinda la base para las estrategias de tratamiento individualizado que pueden incluir rehabilitación individual o grupal, clases especiales o recursos especiales. Generalmente, se consideren dos enfoques. Las técnicas de rehabilitación son utilizadas para aumentar las destrezas de comunicación en las áreas del déficit. Un segundo enfoque ayuda al niño a construir sobre sus fortalezas para eludir su déficit de comunicación.
Las medidas de prevención para reducir la incidencia de los trastornos de la comunicación no se conocen en este momento. Sin embargo, descubrir el problema y tomar medidas en forma temprana ayuda a atender las necesidades de desarrollo y las dificultades académicas. Esto ayudará a mejorar la calidad de vida de los niños con trastornos de la comunicación.
Los trastornos del espectro autista (TEA) son discapacidades del desarrollo causadas por diferencias en el cerebro. Las personas con TEA con frecuencia tienen problemas con la comunicación y la interacción sociales, y conductas o intereses restrictivos o repetitivos. Las personas con TEA también podrían tener maneras distintas de aprender, moverse o prestar atención. Es importante señalar que algunas personas sin TEA también podrían tener algunos de estos síntomas. Sin embargo, en las personas con TEA, estas características pueden dificultar mucho la vida.
Las destrezas de comunicación e interacción sociales pueden ser un desafío para las personas con TEA.
Algunos ejemplos de características de la comunicación social y de la interacción social relacionadas con los TEA son:
Las personas con TEA tienen conductas o intereses que pueden parecer inusuales. Estas conductas o intereses distinguen a los TEA de las afecciones que solo se definen por problemas con la comunicación y la interacción sociales.
Los ejemplos de conductas e intereses restrictivos o repetitivos relacionados con los TEA pueden incluir:
La mayoría de las personas con TEA tienen otras características relacionadas. Estas podrían incluir:
Es importante señalar que es posible que los niños con TEA no tengan ninguna de las conductas mencionadas como ejemplos o que tengan algunas.
La discapacidad intelectual genera, por norma general, dificultades de adaptación al medio, a menos que a las personas que la tienen se les otorgue el suficiente nivel de ayuda. No es una discapacidad única u homogénea, sino distinguida en diferentes tipos en función al grado de afectación funcional y nivel de coeficiente intelectual.
Entonces, teniendo en cuenta que existen diferentes niveles de gravedad, debe ser claro que se generan peculiaridades concretas en el funcionamiento de cada área. No obstante, las principales características de la discapacidad intelectual, con información de ACADIS (Asociación de Castellanos Discapacitados) son:
En el área cognitiva: presentan dificultades para desarrollar la función de conocer y el mundo. Se ven disminuidas la inteligencia y el aprendizaje. Y aunque el déficit cognitivo es notable desde los primeros años de vida, se hace intensifica en el comienzo de la escolarización.
Área psicomotora: los trastornos más frecuentes son inmadurez, dificultad al reconocer las partes del cuerpo, al aprender movimientos finos, en determinados gestos, realización de balanceos o movimientos coreoatetósicos. Los niños con deficiencias intelectuales no tienen un esquema corporal estructurado, que sería lo propio de su edad. Y esta carencia produce déficits en la percepción espacio-temporal, en la motricidad y en las relaciones sociales.
Lenguaje: se generan problemas en la articulación y pronunciación, trastornos en la voz y tartamudez. Normalmente, presentan un retraso en la adquisición del lenguaje, en la capacidad de comprensión y la capacidad de interrelacionar conceptos y combinar palabras o frases.
Área afectiva: son personas más vulnerables a determinados sentimientos como el dolor, placer, aburrimiento, diversión, alegría, envidia, celos, vergüenza, etc. Les cuesta mucho pensar sobre sus sentimientos, tienen baja tolerancia a la frustración y una gran impulsividad. Todo esto genera dificultades para adaptarse al ambiente y relacionarse normalmente con otros. Suelen sufrir ansiedad, baja autoestima, aislamiento del mundo.
Adaptación: la autonomía suele estar retrasada (control de esfínteres, alimentación, higiene personal y vestido). A veces, estas habilidades se retrasan más por hábitos inadecuados en su entorno, como la sobreprotección del niño o considerar que no sirve de nada intentar enseñarle.
Los Trastornos Específicos del Aprendizaje (TEA) son un grupo discapacidades específicas del aprendizaje escolar que interfieren con la capacidad del estudiante para escuchar, pensar, hablar, escribir, deletrear o hacer cálculos matemáticos, por tanto, quienes las padecen pueden tener dificultades para la lectura, la escritura o las matemáticas.
Los trastornos específicos del aprendizaje son dificultades de procesamiento de base neurológica las cuales pueden interferir con el aprendizaje de las habilidades básicas tales como la lectura, escritura y/o las destrezas matemáticas, se producen a pesar de las oportunidades educativas adecuadas, también pueden interferir con las habilidades de nivel superior tales como la organización, la planificación del tiempo, el razonamiento abstracto, la memoria y la atención a corto y largo plazo.
Los Trastornos del Aprendizaje o Discapacidades del Aprendizaje afectan de forma específica el procesamiento de la información, sus causas generalmente son más neurológicas que psicológicas, también es frecuente observar antecedentes de trastornos similares en uno o varios integrantes de la familia, ocurren independiente de la inteligencia del individuo y generan un impacto significativo en el aprendizaje y en la adquisición de las habilidades de alfabetización.
Es importante empezar a tomar conciencia de que los trastornos de aprendizaje pueden llegar a afectar la vida de quienes las padecen más allá lo académico, afectando sus relaciones interpersonales e inclusive su desempeño laboral.
Algunos de los síntomas de los Trastornos específicos del aprendizaje incluyen:
Teniendo en cuenta que las dificultades con la lectura, la escritura y/o las matemáticas son problemas que se suelen observar con más frecuencia durante los primeros años escolares, los síntomas y signos de estas discapacidades se suelen diagnosticar durante ese período.
Sin embargo, algunas personas no reciben una correcta evaluación y diagnóstico hasta que llegan a la educación secundaria, inclusive existen casos en los cuales llegan a cursar una carrera universitaria o laborar sin ser conscientes que tiene una dificultad de tipo neuropsicológico, lo cual se puede traducir en problemas en el rendimiento académico, el trabajo o en las relaciones familiares o con los amigos.
Los trastornos específicos del aprendizaje no se deben confundir con problemas de aprendizaje los cuales son dificultades globales en lugar de específicas, las cuales son el resultado de un trastorno del desarrollo intelectual, de discapacidades visuales, auditivas o motoras, o inclusive de dificultades emocionales, desventajas ambientales, culturales o económicas.
Los TEA asociados con una discapacidad específica de aprendizaje no pueden atribuirse a las causas mencionadas anteriormente. Una discapacidad específica de aprendizaje resulta de un impedimento en uno o más procesos neuropsicológicos relacionados con el aprendizaje.
En general las personas con trastornos específicos del aprendizaje tienen una inteligencia promedio o superior a la media y a menudo parece existir una brecha entre el potencial del individuo y lo que logra realmente.
Esa la razón por la cual este tipo de trastornos son difíciles de detectar, los individuos se ven perfectamente “normales”, son personas inteligentes, pero suelen ser incapaces de demostrar un nivel de habilidad que se espera en alguien de su edad en ciertas áreas determinadas.
Los trastornos específicos del aprendizaje son condiciones de vida, lo que significa que no se suelen “curar” o arreglar, son resistentes a la intervención, son retos para toda la vida, sin embargo, con el apoyo intervención adecuados las personas con discapacidades específicas del aprendizaje pueden lograr el éxito en la escuela, en el trabajo, en las relaciones interpersonales y en su comunidad.
Las personas que tienen un trastorno específico del aprendizaje pueden tener una o varias dificultades específicas de las habilidades académicas, el correcto diagnóstico e intervención tempranos son las claves para evitar que un TEA afecte negativamente el proceso de formación del niño.
Las siguientes son las dificultades de aprendizaje específicas que comúnmente afectan a los estudiantes:
Los trastornos de aprendizaje pueden incluir uno o varios tipos de dificultades, por ejemplo, la dislexia incluye las dificultades de aprendizaje de la lectura, la disgrafia incluye las dificultades de aprendizaje de la escritura y la discalculia incluye las dificultades de aprendizaje de las matemáticas.
Es quizás uno de los trastornos de aprendizaje más conocidos y estudiados, es una discapacidad que afecta la lectura y las habilidades relacionadas con el procesamiento del lenguaje. Su severidad puede diferir en cada individuo afectando la fluidez de su lectura, la decodificación, comprensión, memoria, escritura, ortografía e inclusive en ocasiones el habla, la dislexia puede coexistir con otros trastornos relacionados como el TDAH, la dislexia es por tanto una discapacidad del aprendizaje basada en el lenguaje.
Es una discapacidad específica del aprendizaje que afecta la capacidad de escritura y las habilidades motoras finas. Las dificultades que exteriorizan las personas con disgrafia incluyen escritura a mano ilegible, manejo del espacio inconsistente, déficit en la distribución espacial del papel, ortografía deficiente y dificultades para la redacción de la escritura, así como imposibilidad para pensar y escribir al mismo tiempo.
Es una discapacidad específica del aprendizaje que afecta la capacidad de las personas para entender los números y aprender información matemática. Las personas que padecen esta condición también pueden tener una mala comprensión de los símbolos matemáticos, presentar dificultades para memorizar y organizar números, tener dificultades para comprender la hora e inclusive para contar.
También conocido como trastorno del procesamiento auditivo central es una condición que afecta la capacidad cerebral del niño para recibir, procesar, analizar o almacenar información auditiva. Las personas con TPA no reconocen las diferencias sutiles entre los sonidos de las palabras, inclusive cuando los sonidos son lo suficientemente altos y claros como para ser escuchados. También les puede resultar difícil distinguir de donde provienen los sonidos, dar sentido al orden de los sonidos o inhibir la interferencia del ruido de fondo.
Es un tipo específico del trastorno de procesamiento auditivo en el cual existe una dificultad para agregar significado a un grupo de sonidos que forman palabras, oraciones e historias. Mientras que el TPA afecta la interpretación de todos los sonidos que ingresan al cerebro el trastorno del procesamiento del lenguaje se relaciona sólo con el procesamiento del lenguaje. El TPL puede afectar el lenguaje expresivo y/o el lenguaje receptivo.
Es un trastorno que se caracteriza por una discrepancia significativa entre las habilidades verbales superiores y las habilidades motoras, visoespaciales y sociales deficientes. Generalmente las personas con TANV presentan dificultades para interpretar señales no verbales tales como expresiones faciales y el lenguaje corporal, además suelen poseer una coordinación motriz deficiente.
Es un trastorno que afecta la comprensión de la información visual que la persona recibe y de su capacidad para dibujar o copiar. Este trastorno puede compararse con la disgrafia, pero de forma no verbal, este tipo de trastorno puede fácilmente pasar desapercibido porque no se puede detectar con un simple examen visual sin embargo afectan la habilidad para realizar tareas rutinarias simples tales como percibir la diferencia entre dos letras, formas u objetos similares, dificultades para cortar, sujetar el lápiz, falta de coordinación óculo-manual.
Esta discapacidad consiste en la dificultad para llevar a cabo secuencias de actividad motora coordinada y en la planificación y ejecución de tareas motrices. Se asocia con problemas de percepción, lenguaje y pensamiento. La dispraxia verbal se relaciona con dificultades en la programación, secuenciación e inicio de los movimientos necesarios para generar los sonidos del habla, su tratamiento generalmente está a cargo de un terapeuta del habla. La dispraxia motora afectada la planificación y ejecución de movimientos de manera coordinada, esas dificultades generalmente son abordadas por terapeutas ocupacionales.
No existe un único factor que cause los TEA, sin embargo, existe una serie de factores de riesgo los cuales están asociados a su génesis. Según los expertos algunas posibilidades incluyen:
Herencia: la investigación muestra que los factores de riesgo pueden estar presentes desde el nacimiento y suelen darse en familias con antecedentes de este tipo de trastornos, de hecho, los niños que tienen un padre con un TEA son más propensos a desarrollar ellos mismos este tipo de trastornos.
Desarrollo prenatal y parto: entre las causas de los TEA están los factores que afectan el normal desarrollo del feto en el útero tales como el consumo de alcohol o drogas, las cuales pueden aumentar el riesgo de sufrir un TEA, además, otros factores incluyen enfermedad o lesión durante o antes del nacimiento, bajo peso al nacer, la falta de oxígeno y el parto prematuro prolongado.
Incidentes después del nacimiento: otros factores presentes en el entorno de desarrollo del bebe también juegan un papel, tales como lesión cerebral traumática, la mala nutrición o la exposición a sustancias tóxicas como el plomo presente en el agua o en la pintura, además aquellos niños que no reciben el apoyo necesario para su desarrollo intelectual pueden manifestar síntomas de dificultades de aprendizaje una vez que comienzan su vida escolar.
Los trastornos específicos del aprendizaje no son causados por desventajas económicas, factores ambientales o diferencias culturales, de hecho, es frecuente que no se pueda establecer una causa aparente para los TEA.
El primer encuentro de los padres con los Trastorno Específicos del Aprendizaje ocurre cuando descubren que su hijo no progresa y presenta fracaso escolar, en este sentido el papel del docente es fundamental para ayudarles a identificar inicialmente las dificultades de aprendizaje de su hijo.
El siguiente paso es solicitar una evaluación psicoeducativa de las habilidades académicas la cual puede ser realizada por un neuropsicólogo, un psicólogo educativo o psicopedagogo especialista en trastornos del aprendizaje.
En el diagnostico de las TEA es importante determinar el Cociente Intelectual o CI del niño, además de su desempeño en pruebas validadas y estandarizadas de rendimiento en áreas académicas específicas de lectura, matemáticas y lenguaje escrito. Tambien se pueden realizar evaluaciones del procesamiento del lenguaje, comprensión auditiva y expresión oral.
Antes del diagnóstico de un trastorno del aprendizaje es necesario también realizar una revisión completa de la historia evolutiva del niño para descartar que las dificultades no tengan otra posible explicación, la detección temprana y la intervención oportuna son claves para poder afrontar el problema adecuadamente y que tenga el menor impacto posible en el futuro académico y laboral del individuo.
Si bien no existe una “cura” para un TEA, existen diversas formas de mejorar las habilidades de lectura, escritura y matemáticas.
El tratamiento generalmente incluye tanto el fortalecimiento de las habilidades tales como el establecimiento de una estrategia de aprendizaje adaptada para aprovechar las fortalezas del niño.
El tratamiento para el TEA también puede implicar la enseñanza multimodal, o en otras palabras si un niño presenta dificultades en la comprensión empleando sus sentidos visual o auditivo, se pueden emplear otros sentidos alternativos tales como el tacto, el gusto e incluso el olfato, los cuales pueden jugar un papel en importante en el proceso de aprendizaje.
Del mismo modo, aprender a trasformar un tipo de problema en un área con dificultad en otro tipo de formato puede ayudar, por ejemplo, cambiar un problema de tipo matemático tradicional a un problema de palabras.
Otras estrategias incluyen el asesoramiento y pautas a la familia, programas de reeducación psicopedagógica, adaptaciones curriculares, trabajo interdisciplinario (fonoaudiología, psicopedagogía, terapia ocupacional, psicología, educación especial, etc.).
La psicoterapia, en particular la terapia cognitiva conductual, también puede ser útil para tratar los problemas emocionales y de comportamiento los cuales pueden acompañar a un trastorno de aprendizaje específico.
Los trastornos motores se incluyen dentro de los trastornos del neurodesarrollo. Estos suelen surgir en edades tempranas (antes de que los niños empiecen la primaria) y de forma precoz. Como puedes imaginar, estos trastornos afectan al correcto crecimiento del niño o niña, lo que implica su condicionamiento durante su aprendizaje, en la movilidad, a la hora de mantener relaciones sociales, etc.
El trastorno motor más conocido es el Síndrome de Tourette, que se caracteriza por múltiples tics motores y fónicos. Ahora bien, este no es el único trastorno motor que puede desarrollar un niño, puesto que, como veremos a continuación, hay hasta tres tipos diferentes.
En los trastornos motores hay ciertos aspectos para tener en cuenta, como es la edad, la detección precoz o incluso la autolesión. A partir de ello, veamos cuáles son los tipos de trastornos motores que pueden desarrollarse durante la infancia.
Este tipo de trastorno motor suele afectar a los niños de entre 5 y 11 años e implica una alteración relevante en la coordinación motora. Esta falta de coordinación no viene dada por ninguna enfermedad, así como por ninguna discapacidad intelectual. Además, afecta tanto a la motricidad fina como a la gruesa.
Esta falta de coordinación condiciona muchas de las actividades diarias de los pequeños, puesto que tienen problemas para sujetar objetos, caminan de forma inestable, les cuesta escribir o se tropiezan con sus propias piernas. En edades muy tempranas también se puede observar un retraso a la hora de gatear, caminar, atarse los zapatos, etc.
La intervención temprana es imprescindible, pues los déficits que existan a la hora de adquirir o desarrollar las habilidades motoras básicas retrasarán el esfuerzo y el desarrollo de las habilidades complejas.
Como su nombre indica, este trastorno implica la repetición continua de movimientos que no tienen ninguna finalidad, como pueden ser gestos o posturas. Concretamente, nos referimos a sacudir las manos, balancear el cuerpo, morderse o golpearse el cuerpo. Suelen aparecer antes de los 3 años.
Este trastorno se asocia a una condición médica o genética, como puede ser una discapacidad intelectual. También puede surgir a partir de la falta de estimulación o en niños con patologías sensoriales graves, como la sordera o la ceguera.
Este tipo de trastorno puede conllevar que el niño o niña se autolesione, convirtiéndose en movimientos estereotipados autolesivos. Dichos “comportamientos” pueden no haber aparecido en edades tempranas, pero sí hacerlo al cabo de los años de haber surgido el primer movimiento estereotipado.
Los tics son espasmos, movimientos o sonidos que surgen de forma repetitiva y que no podemos controlar. Por lo que, el trastorno de tics engloba cuatro categorías diagnósticas, las cuales son:
El diagnostico de estos dependerá de cómo se dan los tics, es decir, en tipo y duración, así como la edad en la que empezaron. De esta manera, en el síndrome de Tourette existen tics motores múltiples y uno o más de vocales. Estos aparecen a la vez, de forma intermitente y persisten por más de un año.
Los tics persistentes pueden ser vocales o motores, pero no aparecen a la vez. Por tanto, solo hay un tipo de tic y suelen presentarse durante mínimo un año. En cambio, en los tics transitorios se dan los de naturaleza vocal y motora, pero han estado presentes menos de un año.
Cabe destacar que los movimientos estereotipados no son tics. Los movimientos estereotipados siguen un patrón fijo y suelen afectar a las extremidades, el torso o el cuerpo entero. En cambio, los tics son variables, además de tener una naturaleza motora y fónica.
Las habilidades como dar el primer paso, sonreír por primera vez y mover la mano para saludar se denominan indicadores del desarrollo. Los indicadores del desarrollo son las acciones que la mayoría de los niños pueden hacer a una edad determinada. Los niños alcanzan estos indicadores en la forma de jugar, aprender, hablar, comportarse y moverse (por ejemplo, gatear, caminar o saltar).
En el primer año, los bebés aprenden a enfocar la vista, a estirarse, a explorar y también aprenden sobre las cosas que los rodean. El desarrollo cognitivo, o cerebral, se refiere al proceso de aprendizaje relacionado con la memoria, el lenguaje, el pensamiento y el razonamiento. Aprender el lenguaje es más que balbucear o decir “ma-má” y “pa-pá”. Escuchar, entender y saber los nombres de personas y cosas son parte del desarrollo del lenguaje. Durante esta etapa, los bebés también forman lazos de afecto y confianza con sus padres y otras personas como parte de su desarrollo social y afectivo. La manera en que los padres abrazan, cargan a su bebé o juegan con él definirá la forma en la que el niño interactuará con ellos y con los demás.
Cuando un bebé llega a la familia, es hora de revisar que la casa sea un lugar seguro. Observe a su alrededor para determinar si hay objetos que puedan ser peligrosos. Como padre, es su responsabilidad hacer que la casa sea segura para su bebé. También es importante que tome las medidas necesarias para asegurarse de que está preparado a nivel mental y emocional para atender a su bebé. Estos son algunos consejos para mantener a su bebé a salvo:
Por lo general, los niños progresan de una etapa del desarrollo a la siguiente en una secuencia natural y predecible. Pero cada niño crece y adquiere habilidades a su propio ritmo. Algunos niños pueden estar adelantados en un área, como el lenguaje, pero atrasados en otra, como el desarrollo sensorial y motor.
Las etapas del desarrollo suelen clasificarse en cinco áreas principales: crecimiento físico, desarrollo cognitivo, desarrollo afectivo y social, desarrollo del lenguaje, y desarrollo sensorial y motor.
Para cuando tienen 2 años de edad, la mayoría de los niños:
Para cuando tienen 2 años de edad, la mayoría de los niños:
Para cuando tienen 2 años de edad, la mayoría de los niños:
Para cuando tienen 2 años de edad, la mayoría de los niños:
Para cuando tienen 2 años de edad, la mayoría de los niños:
Por lo general, los niños progresan de una etapa del desarrollo a la siguiente, en una secuencia natural y predecible. Pero cada niño crece y adquiere habilidades a su propio ritmo. Algunos niños pueden estar adelantados en un área, como el lenguaje, pero atrasados en otra, como el desarrollo sensorial y motor.
Las etapas suelen clasificarse en cinco áreas principales: crecimiento físico, desarrollo cognitivo, desarrollo afectivo y social, desarrollo del lenguaje, y desarrollo sensorial y motor.
Para cuando tienen 3 años de edad, la mayoría de los niños:
Cuando tienen 3 años de edad, la mayoría de los niños:
Para cuando tienen 3 años de edad, la mayoría de los niños:
Para cuando tienen 3 años de edad, la mayoría de los niños:
Para cuando tienen 3 años de edad, la mayoría de los niños:
Inscripción, Escuela de Padres y Materiales Gastables
Todo el día (Docentes, Especialistas y Terapistas)
Mensuales, si el paciente no asiste; se repone el día que elija. Sujeta la cantidad de terapias que necesite el paciente.
Hora: 8:00am – 4:00pm